Traffic Sound





FOTOS DE 2015

(Puedes adquirir la música de Traffic Sound [remastered] en Munster Records, de España.)

Al tiempo de actualizar esta página, tengo 73 años de edad, y dejame decirte que es la etapa más difícil en todo sentido. Pero también es sencillamente maravillosa. Dicen que uno se agota trepando a Marcawasi, pero que allá arriba la vista es preciosa. Igual es mi vejez.

Bueno, comenzaré hablándole del gran Willie Thorne. Tocaba el bajo y los teclados y cantaba el coro en inglés, pero tendría que ausentarse de la banda por un tiempo. Necesitaban a alguien que encajara lo mejor posible con el perfil musical de Willie. Yo cuadraba en cierta forma. Había sido compañero de promoción de Freddy Rizo Patrón en el colegio Santa María, así que de alguna manera era un factor que podía contribuir a sintonizar con la idiosincrasia del grupo. De modo que me propusieron integrar Traffic Sound hasta que Willie retornara. 

Acepté con mucho gusto. No recuerdo si fue por eso que dejé a Los Shain's. Mis recuerdos andan un poco confusos. Fue hace muchos años. Me incorporé al grupo y comenzamos a ensayar inmediatamente. La segunda foto es un collage que hice casi 50 años después.

Al principio, Traffic Sound ensayaba en un precioso ático de la casona que después sirvió de sede para el Colegio de Abogados de Lima, en la Av. Santa Cruz, Miraflores, que en aquel tiempo era casa de un familiar de Freddy. Pero para cuando me convocaron, ya tenían un ambiente especialmente acondicionado en la calle Toribio Polo, Miraflores.

Lo que aquí escribo es solo sobre mi paso por Traffic Sound. Si quieres la versión completa sobre la biografía del grupo, Barclay Editores publicó un libro histórico maravilloso, digno de tu biblioteca: "Traffic Sound, La Historia Oficial". 


En la foto de arriba, Zulu con los señores de Traffic Sound. A la derecha es quien fuera manager de Traffic Sound, el inolvidable e inseparable amigo Jorge (Modesto) Vegas (QEPD). El de lentes es Raúl (Pichín) Cagigao  Por siaca, Pichín y yo no somos chatos. Lo que pasa es que estos patas de Traffic Sound son todos unos grandotes, jajaja, aunque creo que, como van las cosas, no falta mucho para que algunos ya comencemos a encogernos, jaaaajajaaajjajaja. Esta foto es ideal para el juego "¿Que le falta a esta foto?". Y la respuesta no puede ser otra que el blondie "Freddy" (rhythm guitar), aunque dudo que se hubiera dejado atar para la foto, mucho menos con una corbata.

Tomé la foto de abajo el día que Matilde, hija de Jorge Vegas, visitó a Traffic Sound poco antes del concierto en el Peruano Japonés, de octubre de 2015. Con ella están Barclay, Nevares, Thorne, Manuel y Jean Pierre. Fue un grato momento de compartir tantos recuerdos que teníamos de su padre.


En la foto de abajo, Traffic Sound tocando en la recordada discoteca Galaxy (coloreé un poco la foto con GIMP porque en blanco y negro se veía muy pálida). Puedes ver a Freddy, aunque no a Manuel. Eran los años dorados de Traffic Sound.

Y todavía falta un personaje mucho más discreto, que para muchos les era desconocido, pero para Traffic Sound, pieza clave en todas sus presentaciones: Lucho Carpio, alias "Plomito". Él se encargaba de armar, supervisar el equipo y tener todo listo para la acción. Y si algo fallaba, él era el hombre. ¡Un gran tipo! Estuvo entre nosotros en el concierto de octubre de 2015.

Un día, después de unos 40 años, mi amigo Antonio Gubbins me invitó a almorzar a una cevichería de chuparse los dedos.  Cuando nos retirábamos, me detuve a observar un detalle que me llamó la atención en uno de los afiches que colgaban de una pared, sin percatarme de que alguien estaba observándome. 

Aquella persona me susurró: "¿Zulu?", a lo cual volteé y contesté: "Sí". Me dijo: "¿No me reconoces?". Lo miré fijamente y le respondí con franqueza: "No. Ayúdame a recordar". Y respondió: "Plomito". ¡¡Qué agradable sorpresa!! Nos dimos un fuerte abrazo y nos sentamos a recordar viejos tiempos. 

Me encantó saber que acabábamos de almorzar nada menos que en su restaurante: El Pez Amigo, una cevichería de primera, muy agradable, discreta y encantadora de Miraflores, Lima. Si quieres visitarlo y comer rico, aquí el dato: Av. La Paz 1640, teléfonos 01 445-9783, (98)104*7311. ¡Buen provecho! Y llévale mis saludos.


Abajo otra foto para el recuerdo. De izq a der: Freddy, Manuel, Barclay, Pierre, Nevares y Thorne.


Recuerdo que para no romperme los oídos cuando ensayábamos, compré un par de tapones industriales y, además, un par de protectores (como los que usan en el aeropuerto para estacionar los aviones). Era la única manera como podía sobrellevar la potencia de los motores de nuestra música. De otro modo, creo que me hubiera quedado sordo antes de tiempo. A mis 73 años, casi no oigo con el oído derecho. Me estoy quedando sin estéreo.

Bueno, era un equipaso y no tenían ningún inconveniente en sacarle fuego de las entrañas. El sonido de Traffic Sound siempre fue pesado, sólido e impresionante, tanto en los ensayos como en las presentaciones.

Aquí un breve paréntesis para recordar al gran Otto De Rojas, que colaboró con su piano en algunas grabaciones de Traffic Sound. No podía dejar de mencionarlo. Fue un gran amigo de mi hermano Kike.

Otto De Rojas

Bueno, siguiendo con el relato, siempre sentí pasión por dirigir, pero esta vez Traffic no me había llamado para dirigir nada, sino solo para contribuir. Soy muy respetuoso del liderazgo responsable, el cual no solo consiste en saber cuándo dirigir a otros, sino cuándo seguir al líder. Dos cabezas pueden pensar mejor que una, pero dos directores no pueden sino hundir un barco. 

De modo que me integré como uno más del grupo procurando hacer el trabajo de Willie lo mejor posible con los teclados y el bajo (y tambien con perfil bajo). Y creo que lo hice de manera aceptable porque no me despacharon (o no les quedaba otra, jajaja).

Tocamos en muchos conciertos y viajamos a muchos lugares. Fue muy divertido. Sobre todo, respetábamos escrupulosamente los contratos e itinerarios. Realmente lo tomábamos muy en serio.

En el libro "Traffic Sound, La Historia Oficial" hay una cronología interesante de todos los lugares, en Perú y el extranjero, donde hicieron presentaciones y conciertos, desde sus inicios hasta bien entrado el siglo 21. Su libro contiene un registro increíblemente escrupuloso de la fecha y lugar de todas sus presentaciones.

Claro, ni los discos ni las grabaciones reflejan toda la fortaleza del sonido que Traffic Sound comunicaba en vivo. Era realmente impresionante. Por ejemplo, un día se me ocurrió experimentar usando el fustón (Fuzz Tone) con el bajo.

En aquellos tiempos, el fuzz solo se usaba con las guitarras, no con el bajo. Por ejemplo, para mi primer 45RPM, le pedí a Carlos Curazao que lo usara profusamente con la guitarra en "Haces mal, pobre chico", tanto con la lead como con la rythm. Pero en Traffic Sound, un día, al loco de Zulu se le metió en la cabeza que podrían lograr un sonido más extravagante e inspirador en algunas canciones usándolo con el bajo. ¡Y así fue! Conectamos el fuzz al bajo y fue como un bombazo en los conciertos. A todos se les ponía la piel de gallo, las paredes se estremecían, las columnas se rajaban y todo el edificio se venía abajo dejando un inmenso cráter en el piso, un humo espeso salía de abajo como si fuera de un volcán, y me los llevaba a todos juntos al infierno jajaja... es un decir.

Cuando grabé mi LPZulu me di el gusto de imitar con el Moog el fuzztone en varias canciones. Fue casi un desastre, pero me encantó probar. Siempre me gustó hacer acordes con el bajo. 

Por eso le propuse a Thorne que hiciéramos un dúo con los bajos en la canción "Yesterday's Game" en el concierto del Teatro Peruano Japonés. Salió formidable.

Aunque una grabación transmite algo de la profundidad del efecto, no refleja ni remotamente el impacto que el bajo con fuzz producía en las presentaciones en vivo. Puedes formarte una idea oyendo, por ejemplo, A Hard Way of Living, que incluyo en Downloads. El sonido puede ser perturbador para algunos si lo escuchan en un gran equipo (se recomienda discreción, ¡jajaja!).


"Suavecito" es una canción que muchos piden en las presentaciones de Traffic Sound. Pero no saben por qué llegó a ser tan significativa. Fue una de las que grabamos muy poco antes de optar por disolver Traffic Sound por un tiempo.

En la foto de arriba, el día que Traffic Sound se redujo a un trío. Barclay, Nevares y Zulu nos habíamos quedado solos. La disquera Sono Radio influyó para modificar el estilo y decidió que grabáramos "Suavecito". La cantaría Zulu, y Nevares y Barclay harían el coro.

Pero, na' que ver, ya no era lo mismo. Aunque con "Suavecito" y "Solos" nos dimos cuenta de que hubiéramos podido continuar como un trío (porque en aquellos tiempos los tríos se estaban haciendo muy populares), el sonido distaba muuuucho de lo que realmente era Traffic Sound. Ni punto de comparación. ¡Y cuánto más si seguíamos así! Manuel podía haberse jalado los pelos hasta quedarse calvo (supongo que de hecho se los arrancó). En fin, quedó como una extraña etapa de la historia del grupo.

Y como tres no podríamos reconstruir el sonido de toda la banda aunque grabáramos en 24 canales o añadiéramos nuevos integrantes, no sería Traffic Sound. Por eso llegamos a la conclusión de dejarlo todo ahí hasta que, quizás, algún día, se retomara el hilo. Traffic es Traffic. ¡Y eso fue lo que ocurrió años después! 

Abajo estoy en una foto de un periódico de aquella época. Fue tomada en McCann Erickson, en una sesión de fotografía para Traffic Sound. Yo estaba sin barba porque aún iba al cole. Cuando terminé mis estudios me dejé crecer la barba y dije: "¡Nunca más me afeito!". No imaginaba que pocos años después volvería a rasurarme. 


Un día, Traffic Sound volvió a unir las piezas y, finalmente, tras incluir a Willy Barclay Jr. como el octavo Traffic Sound, volvieron a dar vida al sonido que siempre los había caracterizado, ¡y aun mejor! "Meshkalina II", "Chicama Way II" [remastered] y "Sácala a bailar" fueron prueba de ello.

Bueno, regresando a los años anteriores a la disolución, recuerdo que no pocas veces experimenté alucinaciones en algunos de los conciertos, hasta el punto de que sentía que comenzaban a brotarme pequeños cuernos en la frente y que mis pies se transformaban en patas de cabra. Imaginaba que el cordón de mi bajo Telecaster se convertía en una larga cola de color rojo encendido y sentía como si mi cuerpo se cubría de una densa vellocidad de color negro azabache brillante.

Era espeluznante. Me envolvía una rara inspiración que no entendía. Sencillamente se distorsionaba mi visión de la realidad. Dichas alucinaciones me sirvieron para saber lo que puede hacer la esquizofrenia paranoide en las personas. Pero me sirvieron para dejar de consumir alucinógenos.

Me sumía en un submundo personal en el que el río de mi imaginación simplemente se desbordaba. ¡Era imparable, imposible de controlar! Como dije: ¡Espeluznante! Fue una de las razones por las que comencé a sentar cabeza. Me pareció que había llegado el momento de tomar una decisión: O me iba en picada por una espiral hacia el fondo del infierno, o retomaba el control de mi vida, poniendo coto a tamaño despilfarro de neuronas. 

En otras palabras, me pareció prudente sacar el pie del acelerador y disminuir a cero la velocidad de mis viajes. De hecho, se me volvió imperativo recuperar el equilibrio mientras estuviera a tiempo.

Para 1973 había cortado por completo con dicho descalabro personal. Me quedaron secuelas por muchos años, pero felizmente no terminé loco (bueno, mi esposa, que también es mi loquera, todavía tiene dudas, jajaja). Ahora solo vuelo con colesterol y glucosa, ¡jajaja!

Bueno, aquello hizo que empezara a tomar en serio mi religión. La retomé y me volví el más católico de los católicos. Averigüé todo lo que la Iglesia exigía a pie juntillas para ser un católico devoto. Comencé a ir a Misa todos los días, me confesaba una vez por semana, comulgaba a diario, rezaba el Rosario a las 6 de la tarde con las viejitas que se reunían en la Iglesia, ya fuera en la Iglesia del Parque Kennedy, en Miraflores, bien la de Santa María, en San Isidro, en la de San Vicente, de Surquillo (o en cualquier iglesia donde me diera la hora). 

Me uní a una comunidad cristiana de líderes dirigida por un cura Jesuita y comencé a ir a sus retiros y a cuanto Via Cruxis se les ocurría. Me esforcé por cumplir lo mejor posible con todos los preceptos. ¡Ni Grandázuri me ganaba! Sin embargo, no hallaba consuelo para mi dolor interno ni respuestas a mis preguntas, que era lo que más ansiaba. 

Ni los médicos ni los curas pudieron ayudarme con mis inquietudes. Tenía muchas. Les hice ciertas preguntas profundas a médicos, filósofos, loqueros y religiosos, pero casi todos usaron subterfugios para evadirme. Contestaban a cuentagotas, me decían que eran misterios y paradigmas que no debía discutir ni poner en tela de juicio. Sentía como si me dijeran: "Tú cree nomás, y sigue adelante, pero primero paga la consulta (o tu diezmo, limosna u ofrenda, rabioso y al contado), o simplemente reza tres Padrenuestros y tres Avemarías ¡y vete en paz!

Una amiga me contó que un pastor le pidió $500 x sesión para exorcisarla. Entre las condiciones, tenía que asistir puntualmente a todas las sesiones. ¿Cuántas? ¡50, si no, el exorcismo no funcionaría! Ella preguntó: "¿Y si al final no me curo?". Le dijeron: "Eso indicaría que no tienes fe y que quisiste engañar al espíritu santo". ¡Que buenaaa! Para TikTok.

Bueno, como nadie me dio una mano y nadie me entendía, ¡se me ocurrió una mejor idea. ¡La saqué del sombrero, como si fuera un conejo! Tomé la firme decisión de declararme a mí mismo completamente sano, y pensar que todos los demás estaban locos, ¡y funcionó, jajaja! Misma terapia gestáltica. 

Mantuve largas e interesantes conversaciones conmigo mismo, y nunca más volví a permitir que el ambiente, las circunstancias ni nadie me controlara. Hice un cambio radical, peor que raparme a coco o tatuarme un ojo. Pero lo necesitaba. Tenía que hacerlo. Y, como decía el gran Pepe Barquero: "Por mi salud, vendo mi guitarra". Seguí su consejo y puse en primer lugar mi salud mental, emocional y, sobre todo, espiritual. ¡A trabajar en mi estructura interna!

Sin saberlo, con esa pequeña frase, Pepe me dio la mejor lección de mi vida: Debía prestar más atención a mí mismo y a mi futuro. Valorar mi vida más que mi piano, mi guitarra y mi bajo, tomar las cosas más en serio. 

Así fue como pude pisar el freno y comenzar a razonar en que la vida no era solo plata, fama y diversión, sino que también podría llegar a ser manicomios, ambulancias, camisas de fuerza, terapias electroconvulsivas, full pepas, duchazos con manguera de bombero, enfermeros fornidos que te correteen por todas partes, enormes rejas oxidadas, inmensos muros de tres metros por todos lados y dormitorios poco higiénicos, sin ventanas, hacinado con símiles. ¡Wákala! ¡En qué me estaba metiendo! Tenía que lavarme el cerebro urgentemente con Ña Pancha (un detergente de la época). 

Posteriormente, cuando un amigo me decía en tono sarcástico: "¡¡Te han lavado el cerebro!!", yo le sonreía como Mario Poggi, y le decía: "A ti también te convendría una buena lavada porque lo tienes más cochino que el mío".

No me malinterpretes. No quiero decir que la música en sí misma sea degradante, o que Traffic Sound fuese un submundo. ¡De ninguna manera! No es así. 

Solo se trataba de una experiencia emocional y psicológica de carácter estrictamente personal que afloraba en mi interior dependiendo del grado de enajenación al que me exponía. Nadie jamás me hizo daño. Si hubo alguno, me lo hice a mí mismo.

¡Me arriesgué usando mi cerebro como un laboratorio de experimentación, tal como un niño juega con su equipo de química! Jugué peligrosamente con las hormonas de mi cerebro y pagué las consecuencias directas. Es todo. 

Tomé conciencia (porque felizmente me quedaban vestigios de conciencia) de que necesitaba autoeducarme y readaptarme a fin de distinguir claramente la diferencia entre realidad y fantasía, tanto en lo que veía y oía como en los argumentos espirituoides, filosóficos y metafísicos a los que me había expuesto por tanto tiempo, sobre todo la agnotología. 

De hecho, la creencia en un infierno de fuego y azufre me había afectado mucho. Cuando era niño y cursaba el kindergarten, las monjas exhibían un enorme póster en una esquina del salón de clases con imágenes del Diablo, punzando y ensartando con su tridente a los pecadores en medio de una fogata gigante y horrible. Los niños éramos expuestos a esa imagen perpetuamente, es decir, todos los días. Por eso me había creído el cuento de que el Diablo era de color rojo, con cachos y barbita, esgrimiendo un afilado tridente. ¡Cómo no iba a alucinar que yo era un pecador en el inferus!

Sin embargo, después caí en la cuenta de que dichas alucinaciones no tenían base en la realidad, sino que simplemente eran obras de arte producidas por un pintor loco a quien se le ocurrieron tales imágenes para uso religioso, con propósito de asustar y tener dominados a niños inocentes. ¿Y qué sucedió? 

¡Pues, plop! La imagen mental en la que había creído desde niño reventó como una pompita de jabón y me liberé para siempre de aquella tortura psico agnotológica. No más alucinaciones diabólicas de cosas inexistentes. 

Y así pasaron más de 40 años sin volver a ver, sentir ni sufrir una sola alucinación. ¡Acabé con todas de un puñetazo! Le saqué la lengua al miedo. Alcé los hombros en son de '¡no me interesa!', y tiré pa'delante.

En vez de sufrir delirios de persecución contra mí, empecé a sufrir delirios de persecución contra los demás. Es un decir. Porque ahora yo los perseguía con la verdad, con mis descubrimientos sobre la verdadera libertad interior. 

Mi sensación de libertad era tan grande que quería contárselo a todo el mundo. Lógicamente, nuevanente me tomaron por loco, pero de otra clase. Antes creían que me estaba volviendo loco, pero ahora creían estaba más loco que antes, jajaja. Si estás loco, te tratan de loco; pero si sanas de la locura, te tratan de loco. ¿En qué quedamos?

En realidad, fue un privilegio participar con Traffic Sound en la grabación del LP Lux y de tocar con la Orquesta Contemporánea de Jaime Delgado Aparicio, quien en aquel tiempo producía para la fábrica de discos Sono Radio. Fue cuando nos propuso realizar el memorable concierto en el Teatro Segura. Lamentablemente, Jaime falleció poco tiempo después.

¿Y cómo fue aquel concierto? En ese tiempo, en Perú, ninguna banda de rock había hecho jamás un concierto con una orquesta tan grande. Aquí una versión de audio de Traffic Sound, en vivo, de Mr. Skin (si quieres oír la versión original del grupo Spirit, haz clic aquí

Los que estuvieron entre el auditorio aquel día se divirtieron muchísimo. Es la canción más larga que toqué en mi entera vida. Me larga como el Bolero de Ravel. Jaime, su orquesta y Traffic Sound la pasamos tan bien que parecía que no queríamos parar. ¡¡10 minutos!! ¡Fue el acabose!

No creo estar equivocado cuando viajo con mis recuerdos a aquella noche y visualizo algunos equipos de Sono Radio, los cuales creo que Jaime pidió que trasladaran al local del concierto. Sono Radio feneció. Ya no existe. Pero probablemente alguien tenga por ahí -aun sin saberlo- una grabación profesional de lo que ocurrió aquella noche. 

En caso de que realmente se hiciera aquella grabación, alguien tuvo que disponer de la cinta matriz en algún momento (de repente las tiene hasta ahora en su poder en alguna parte y aún no se ha dado cuenta de que está en poder de un documento histórico musical invaluable). O tal vez solo aluciné una consola de ecualización, no de grabación. Pero conociendo a Jaime, no creo que se le hubiera escapado tomar siquiera algunas muestras de grabación. Who knows! Le preguntaré cuando lo vea en "el más allá", jajaja.

Fue así como Jean Pierre viajó al extranjero para estudiar y, casi sin querer, nos quedamos huachitos ("Solos"). Un trío que nos dejó "Suavecito", como diría Augusto Ferrando, o como bien dijo Freddy en el concierto de 2015: "¡Un comercial y regreso!". 

Cada uno se llevó su instrumento a su casa, a esperar a ver qué depararía el futuro. Con el tiempo, Willie Thorne, Manuel y Jean Pierre regresaron, y Traffic Sound volvió a juntarse en el Muelle Uno, en 1993. Concierto histórico. Muchos de los que en el pasado habían sido sus fans se enteraron y viajaron al Perú solo para disfrutar de aquella noche.

Ahora Traffic Sound estaba completo nuevamente. Me alegré mucho el día que Jean Pierre me ubicó para decirme que respetaba mis motivos para haberme retirado de la farándula, pero que no se habían olvidado de mí. En la Farmacia Deza dejó un par de entradas a mi nombre. Fue muy entusiasta al pedirme que no faltara. En realidad, sería un momento histórico, no solo para Traffic Sound, sino para la historia del rock en el Perú: "Traffic Sound resucitaría en el Muelle Uno".

Lo pensé mucho, y decidí ir, solo para ver a los muchachos. Pero cuando llegué, Manuel insistió en que subiera y tocara con ellos, o que por lo menos cantara en el coro. "Allí he traído la pista de San Isidro de mí", por si quieres cantarla, dijo en broma. Pero le expliqué que estaba retirado, y que si quería, podría decir unas palabras, pero nada más. Y así fue.

Tocaron como siempre lo habían hecho, y hasta mejor que antes. En cierto momento, me invitaron a subir, y dije unas palabras. Caminé hasta el micrófono y, en esencia, dije que para mí había sido un gran honor haber sido invitado a formar parte de Traffic Sound cuando necesitaron un reemplazo para Willie, pero que en realidad a Willie nadie lo reemplazó ni lo reemplazará jamás. Ni la muerte lo detendrá de seguir tocando. 

Diré que solo me había esforzado lo mejor posible por cubrir el espacio que él había dejado por un tiempo y que ahora me complacía que Traffic Sound estuviera otra vez completo. "Everlasting Traffic Sound!!". La gente siempre hablará de Traffic Sound. Fue muy grato haber formado parte de un grupo que llegó a ser una pieza clave en la historia de la música rock de Perú.

Un saludo muy especial para JeanPi (cada vez que me muero de risa, me acuerdo de su risotada, debería patentarla. Es muy contagiosa).

CONCIERTO HISTÓRICO DE TRAFFIC SOUND EN 2015

En octubre 17 y 22 de 2015 Traffic Sound dio un último concierto histórico en  el Teatro Peruano Japonés, de Lima, Perú. Encuéntralos en YouTube, Facebook. Después quedó claro que no fue su último concierto.


En la foto, de izquierda a derecha, los 8 miembros de Traffic Sound: Willy Barclay (primera guitarra), Zulu (bajo), Jean Pierre Magnet (Saxo y flautas), Lucho Nevares (batería), Manuel Sanguinetti (cantante), Willie Thorne (bajo y teclados), Freddy Ruizo Patrón (guitarra rítmica) y Willy Barclay Jr. (segunda guitarra).

El anthropologist Nayo Aragón escribió una interesante reseña sobre Traffic Sound (con excelentes fotos de Raúl García) ¡Gracias, Nayo (te escribí, pero lamentablemente mi e-mail rebotó)!

(Si fuiste al concierto y tomaste algunas fotos y quieres que las publique aquí, envíame un comentario y adjunta tu dirección de e-mail. No publicaré tu e-mail, pero podrás enviármelas como archivos JPG o PNG [no publicaría las que por alguna razón de peso considere inapropiadas]).

CONCIERTO HISTÓRICO DE TRAFFIC SOUND EN 2016

En julio de 2016 se realizó otro concierto histórico de Traffic Sound en Arequipa, Perú, en el teatro Fénix. Fue interesante que participara Texao como invitado, un grupo que congregó a muchos de sus fans que disfrutaron de su música. Texao había planeado tocar unas tres canciones, pero tuvieron que extenderse y seguir tocando a solicitud de todos en el teatro. Un interesante rasgo fue que ambos grupos, siete de Traffic Sound y seis de Texao, todos juntos, cerraron el concierto tocando Meshkalina.

CELEBRARON 50 AÑOS EN 2017

El 24 de Noviembre 2017, Traffic Sound celebró 50 años en el Gran Teatro Nacional, de Av. Javier Prado Este 2225, San Borja, Lima, junto con La Gran Banda de Jean Pierre Magnet, que al mismo tiempo celebraba 20 años de formación. Hubo un lleno total y fue un concierto inolvidable para grandes, muy grandes, chicos y muy chicos.

LIBRO "TRAFFIC SOUND, LA HISTORIA OFICIAL", 2022

Barclay Editores publicó el libro "Traffic Sound, La Historia Oficial" (edición limitada), una obra de lujo para quienes quieren oír y leer la versión original de primera mano.