Juan Luis Pereira



Después de "Flushing Choice" formé un grupo unplug con El Chato Juan Luis Pereira (guitarra y coro), Carlos Seibt (guitarra y primera voz), Julio Trigo (mandolina). 

Hace un tiempo mencioné que Coco Suárez Reyes tocaba el bajo y hacía coro. Pero posteriormente recordé que Coco tocaba una de las guitarras, pero el bajo lo tocaba el "Chino" Alfonso Escudero Leeben. 

Eran fines de los 60. Yo tocaba el piano y hacía coro, y también usaba la guitarra de doce cuerdas de Coco (nunca en mi vida he tenido en mis manos una guitarra de 12 cuerdas tan suave y resonante, ¡Hermosa!). Uno se inspiraba mejor. Para mí fue la mejor guitarra que he tocado en mi vida. Y eso que después llegué a tener una Ovation Glenn Campbell. La guitarra de Coco era vieja, pero única. Ensáyabamos en mi casa de Camino Real.

¿Cómo sonaba este grupo? Puedes formarte una idea aproximada escuchando "Laberintos". Así sonaba el grupo en cuanto a instrumentos y arreglos. Pero la voz la ponía Carlos Seibt, siempre en inglés, y los temas eran mucho más modernos y elaborados. El "Chino" me recordó que una de mis canciones llevaba el título: "When my horse died (Cuando murió mi caballo)". No la recuerdo.

Pero el grupo no prosperó. Nos separamos, y poco después, el Chato fundó El Polen con su hermano Raúl (QEPD), otro de los grandes que tuvo el Perú.
En 1974 llamé a Julio Trigo para que tocara la mandolina en "Laberintos", un tema del LP Zulu.

Carlos Seibt había cantado, o cantaba, en los Shain's, de Pico (Enrique) Ego Aguirre. El tema que mejor le salía era "With a white shade of pale". Muy buena voz. Antes había tocado en un grupo de Chaclacayo, con Loui Gay en el Bajo. Loui solía hablar de un mundo sin guerra ni odio, en el que todos viviéramos en paz y armonía.

Esa conversación despertó en mí el deseo de ahondar en la filosofía del mundo. Anteriormente había leído muchos libros en la biblioteca de mi hermano Kike (él contaba sus experiencias de desdoblamientos fantasmales y nos parecía loquísimo), toda la colección de Lobsang Rampa, pero nada de esa información me satisfizo.

Más tarde en la vida, leí los escritos de Maharishi Mahesh Yogi y su MT (Meditación Trascendental), y también me dejé llevar un poco por el furor del Gurú Maharaj Ji, pero no recibí el conocimiento secreto

Antes había leído los evangelios de Jesucristo. Él decía que no había nada secreto que no llegara a revelarse, y que el conocimiento de Dios debía anunciarse desde las azoteas. De manera que no me convencí de ningún conocimiento secreto u oculto. Pero seguí ahondando, y años después me uní al movimiento Nueva Acrópolis, donde me empararía de las enseñanzas de Carlos Jung, Sócrates, Aristóteles, y todos los demás, leí el Bagabaghita y la conciencia de Krishna, El Maha-Bharata, el Ramayana y no sé qué más.

Fue así como la música y la filosofía fueron fusionándose en mi alma como un todo. Pero más tarde se formaría una trenza firme, cuando añadiera a mis metas la de ser cinturón negro en karate. Mi destino estaba trazado: Ya sabía lo que quería hacer con mi vida: Estudiaría música, filosofía y karate, y me convertiría en un músico renombrado, residente en los Estados Unidos, desde donde promovería un movimiento para la conciencia de la humanidad, un movimiento basado en el amor, cuya meta sería despertar y canalizar el civismo de la gente.

Todavía no entendía cómo el karate entraba en el cuadro. Pero supongo que era un aspecto previsor. Aunque me fascinaba la paz, supongo que en el fondo sentía cierto temor de que en algún momento necesitara recurrir a las artes marciales para defenderme de un ataque imprevisto. Simple precaución. Intuía que los tiempos se pondrían más peligrosos, y sentía que algún día necesitaría darle su merecido a más de uno. Con un el Golpe de Estado muchos se volvieron paranoicos sociales. Uno vigilaba más sus espaldas solo por si acaso.
Hasta ese tiempo, yo solo había miembro de otros grupos. Todavía no pensaba en el LPZulu. De todos modos, Juan Luis siempre estará en mi memoria como uno de los grandes.