David Levene



David Levene fue la persona más fanática de la guitarra que yo haya conocido. Todo el tiempo se la pasaba haciendo arpegios y escalas complicados. Yo fumaba tanto como él tocaba la guitarra. Cuando pasaban por mi casa y mi barrio, en Camino Real, él y Richie Zellon se lucían con los dedos (el gordo y el flaco).

Hoy Richie Zellon tiene una trayectoria increíble, y David (Dave) Levene (que no debe ser confundido con el homónimo político David Levene) no se queda atrás. Al tiempo de escribir esto, tenía un par de premios Billboard en su haber (en la foto de la izq., David tocando en Laghonía, y a la der, en USA, nada menos que con Carlos Santana).

En octubre de 2008, mi hermano Pedro, que vive en USA, me escribió un mail contándome lo siguiente:

"Zulu, te cuento que el sábado pasado fuimos al cine con unos amigos. Es un lugar llamado Pizza and Brewing. Los clientes pueden ver una película pasada por solo 3 dólares, y si quieres puedes comer pizza, pasta, nachos con queso, etc. Lo interesante de este lugar es que la gente no se sienta en una butaca común y corriente, de esas que hay en los cines, sino que tienen una mesa delante tuyo donde poner la comida y bebida. Uno puede disfrutar de la comida mientras ve la película. En fin, una característica de este cine es que todas las paredes del local tienen grandes fotos de artistas y cantantes famosos. Entonces, cuando estaba pagando mis bolsitas de pop corn, levanté la mirada y ¿qué crees que vi? ¡Me impactó ver una foto gigante de nada menos que David Levene! Wow!, ese pata si que parece que ha llegado lejos! Saludos a David cuando le escribas. Pedro".

David tocó lead guitar en el grupo Felices Sueños, de mi hermana Pilar,  en el que ella cantaba tocando su rythm guitar (segunda), mi hermano Pedro la batería, y yo los teclados y coro. Armamos el grupo para grabar en un programa del Canal 7 (TVPerú), para "¡Hola, Patas!", de la década del 70, del weirdo Gerardo Manuel.

David también tocó en Laghonía (ex New Juglar Sound) y después de años de experiencia, potenció su técnica.

David también tocó lead guitar en el Festival de Trujillo, cuando me invitaron a participar. Mi hermano Pedro tocó la batería. Lamentablemente, los músicos de la orquesta se cruzaron y yo entré en pánico y me puse tan nervioso que desafiné. No pasé de cuatro compases. Me di media vuelta y me retiré del festival. Mi pensamiento por primera vez elucubró la espeluznante frase: "¿En qué me estoy metiendo?". No había siquiera imaginado nunca que algo así podría ocurrirle a alguien en un momento tan importante de su carrera. Fue un despliegue de irresponsabilidad que nunca calculé, porque jamás imaginé que algo así podría suceder.

Los músicos de la orquesta habían viajado por tierra  y no habían descansado adecuadamente, y Víctor Cuadros no los dirigió adecuadamente cuando me tocó participar. Por ejemplo, hubo un solo ensayo de mi canción, en el que no hubo tiempo para solucionar cierta diferencia en la manera de plasmar el acompañamiento de la batería. Lo que yo había aprobado en Lima cuando Víctor me mostró la partitura no correspondía con lo que los músicos estaban tocando, especialmente la batería y el bajo. Sonó completamente distinto.

Por eso, les pedí a mi hermano y a Dave, que felizmente habían viajado a Trujillo, que asumieran la batería y la primera guitarra, para hacerlo exactamente como debiera sonar. Porque en IEMPSA ya existía el play back de esa canción, porque sería una de las canciones que saldrían en el segundo LPZulu con el título "Son tus ojos". Pero los músicos de la orquesta conocerían la canción esa mañana. No tenían la más remota idea de cómo sonaba. Solo disponían de la partitura que yo había diseñado con Víctor. 

Siquiera el único ensayo con los músicos salió aceptable, gracias al apoyo de mi hermano y de Dave. Pero los músicos aparentemente todavía estaban leyendo una partitura que no era la que yo había aprobado. En el momento de la presentación, todos se cruzaron y tocaron mal la canción. Fue un desastre tan grande que actuó como una bomba en mi alma, que se reflejó en mis cuerdas vocales. No era para menos. Las cuerdas vocales son muy sensibles al estrés (en los camerinos oí el rumor de que a Sola, extraordinaria cantante de México, la hicieron llorar en los camerinos al hacerla pasar también por una vergüenza similar). Nunca supe qué pensó ella de lo sucedido, porque no quise visitarla y urgar en su malestar. En una ocasión así no quieres hablar con nadie.

Cuando vinieron los productores, preocupadísimos por lo ocurrido, para decirme que se habían hecho las rectificaciones del caso, que subiera y lo intentara nuevamente, ¡cómo iba a arriesgarme a que me hicieran dos veces lo mismo! ¿Creían que era un idiota? Solo dejaron de suplicarme cuando los mandé tan lejos que no sé si regresaron algún día. Destruyeron mi imagen en unos cuantos segundos de ineficiencia.

Ese día aprendí la lección más grande de mi vida: "No puedes confiar en nadie. A menos que puedas comprobar que existe el respaldo de un liderazgo responsable, no participes". Yo confié en que los asuntos estaban siendo administrados apropiadamente y que se harían los ensayos correspondientes, pero prácticamente subí al escenario habiéndome enterado de que los músicos habían llegado por tierra, y habiendo ensayado una sola vez y a las carreras, Sola también.

Al rato del desastre me visitaron periodistas de diversos medios para entrevistarme. Hasta me entrevistaron en una radio local, para saber qué había ocurrido. Les solté mi malestar con todas sus letras: Los músicos de la orquesta, que son los verdaderos artífices del sonido, deberían viajar en avión, igual que todos, y se les debe conceder suficiente tiempo para descansar y ensayar hasta la saciedad con cada cantante. Si no se puede hacer eso, no se debe llevar a cabo un festival. Es la única manera de corroborar las partituras y verificar el éxito. Improvisar tiene su lugar, pero no en un festival. Creo que nunca en mi vida sentí tanta ira. En fin... todo quedó en el pasado. Pero me dejó una cicatriz imborrable.

Creo que eso fue lo que marcó un antes y un después en mi carrera. Porque mi pensamiento fue: "Si me hacen esto al comenzar, ¿qué no serán capaces de hacerme cuando esté más arriba (cuanto más alto sube uno, más estrepitosa es la caída). ¿Realmente quiero ponerme en manos de empresarios tan incompetentes?". Mi respuesta fue un rotundo "no". A partir de entonces solo grabaría mi música, y no aceptaría realizar una presentación con menos de tres meses de ensayo.

Tanto mi hermano Pedro como David Levene viven en Estados Unidos desde hace muchos años. Pedro vive una vida tranquila en compañía de su esposa e hija, y Dave tiene su propio estudio de grabaciones, BigSound. Si quieres oír su música, puedes ubicarlo en MySpace. En 1974 quise convocarlo para que tocara la lead guitar en el LP Zulu, en el tema "Si en el cielo yo viviera", pero no lo ubiqué. Y para darme el gusto, hace poco le mandé una copia del tema para que, de ser posible, le añada la guitarra que siempre faltó. Más adelante veré cómo lo subo. Aquí algunas fotos que me envió Andrés Vukovic en 2014.


1987, grabando con unos amigos


 1997, con una guitarra Gibson