"Tus palabras"



Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. "Tus palabras" es una canción de despedida que da por terminada una relación que fue muy bonita. Señala hacia tiempos de cambio e invita a reflexionar en lo que uno tiene, porque algún día podría perderlo y lamentarlo. ¿Está seguro de que tiene lo que cree tener? ¿O es una ilusión que terminará como cuando se revienta una pompita de jabón?

Historia de la canción

Aquí pensé en todas las chicas de las que me había enamorado en mi adolescencia hasta ese tiempo, Denise, Kris, María Teresa, Eneide, Estrellita y Charo, y me despedía de ellas como si fuera de un ramillete de flores preciosas. 

Estrellita fue la motivación que dio lugar a esta canción, que por extension abarcaría más. De allí en adelante, es decir, cuando me enamorara, si Dios lo permitía debía ir en serio hasta el matrimonio, es decir, comprometerme, tener una familia y envejecer juntos hasta que no nos quedara aliento. No era ningún profeta, pero debía perseverar.

Para el tiempo en que compuse esta canción, no pensaba en retirarme de la farándula. De modo que aparentemente fue una canción premonitoria. Ignoraba por completo que en realidad estaba grabando mi despedida formal del mundo artístico. No más aplausos, no más idolatría, no más proyectos egoístas, basta de andar como un picaflor. 

La obra de Dios no dependía de mí. Descubrí que mi proyecto de vida no coincidía con la manera como Él administraba su obra. La cuestión era esta: O me adaptaba a Él, o perdía, porque Él no se iba a adaptar a mí.

Cuando comencé a grabar en IEMPSA, Rómulo Del Castillo, auditor de la empresa, me preguntó formalmente: “¿Hasta dónde piensas llegar?”, y yo le había respondido sinceramente: “Hasta donde Dios quiera”. De modo que la letra de esta canción lo dice todo. Cuando sentí que Dios me dijo: “Fue suficiente”, me detuve en seco al mismísimo estilo de Forrest Gump cuando abandonó su maratón, dio media vuelta y regresó a su casa. 

A partir de entonces, la gloria sería solo para Dios, no para Zulu, y solo había una manera de probarlo: Renunciando a la gloria de los hombres. Nadie me lo pidió. Fue una decisión estrictamente personal, un asunto entre Él y yo. Como después escribiría Fidel Gutiérrez, fue "una cuestión de fe".

No me había dado cuenta de que lo que en un principio simbolizó mi despedida de todas las chicas de las que me había enamorado hasta entonces, también había servido para despedirme de los excesos. Bastó el tiempo que había pasado para haber procedido según la influencia del mundo. 

Había llegado el momento de dejarme llevar por otro espíritu, uno muy diferente y en un sentido igualmente diferente, algo que me llevaría por otro rumbo hacia un futuro que consideraba mejor, lo que un día denominé el siguiente nivel: El Reino de Dios. Aunque todavía pasaría un tiempo para entenderlo correctamente, no tenía dudas de que sería lo mejor para mí.

Como lo había dicho en la canción “Como una escalera”: “Conozco mi camino, yo sé por dónde voy”. Pero, en realidad, antes solo tenía una idea vaga de adónde iba. Siempre había confiado en que Dios iluminaría mi camino, y así fue. Llegado el momento, no fui rebelde ni me hice como un mulo sin entendimiento. Si por ahí era, iría por ahí. Y nunca me arrepentí de mi decisión.

No niego que me divertí mucho en mi corta vida ni que también hice muchas cosas interesantes. Conocí chicas lindas que me amaron sinceramente. Compuse muchas canciones. Viajé un montón. Tuve muchos amigos. Logré poner de vuelta y media a una disquera que me dio todo el apoyo que en ese tiempo pudo darle a un artista nacional. Me alegró que hasta se llegaran a oír un par de canciones de mi disco en algunas radios de Nueva York. Pero ahora había decidido parar. 

No había fallecido ni había abandonado la música. Solo me tomaría un largo descanso para alejarme del espíritu del mundo (lo que algunos llaman mundanalidad). La música siempre fue mi pasión, pero sentía una pasión superior que no quise soslayar.

Aunque en realidad compuse esta canción recordando principalmente a Estrellita, después del fallecimiento de mi amada madre, en 1992, sentí como si mi madre hubiera escrito la letra de esta canción para mí. Mi frágil corazón de madera se incendia con la simple chispa de su recuerdo. Siento como si ella me hubiera susurrado esta canción en su lecho de muerte. Si quieres conocerla, haz clic aquí.

Cuando digo que "dejo mis canciones 'y algo más'", me refiero a todo aquello que, como ocurrió con mi madre, ayudaría a que me recordaran después de que cayera el telón de mis años. 

Es interesante que esta canción, que para mí llegó a ser un símbolo del sentimiento que me embargó el alejamiento, solo requirió el mínimo de instrumentos y músicos. Solo fuimos Billy, Pedro y yo en el estudio, y Jorge Trujillo en el control.

Es cierto que al final de la canción parece haber un exceso de redobles de batería, pero de la batería se encargaba Pedro, al igual que Billy del bajo. Yo no les decía lo que debían hacer. A menos que deseara algún arreglo especial, siempre dejé que cada instrumentista se expresara como mejor lo deseaba.

No recuerdo la marca del piano. El órgano era un Hammond. En esta, y en todas las canciones que Billy tocó conmigo, usó mi bajo Fender Telecaster. Pedro tocó la batería Ludwig, que le prestó Bimbo Macedo.

Por ejemplo, en "Sana Camaleón" le pedí a Ernesto un ritmo caribeño, pero él hizo como le pareció dentro de mi solicitud. En el caso de Pedro, Augusto Castro, Pocho Purizaga y César Curazao, ellos golpeaban los tambores y platillos como mejor les parecía, ¿y qué? Reconozco que era exigente con los músicos, en el sentido de seleccionarlos por su sentido de responsabilidad, pero les soltaba mucha cuerda. 

Víctor Reyes grabó la base de piano, bajo y percusión de esta y otras canciones, pero se retiró del proyecto. Jorge Trujillo grabó la voz, el Hammond y todo lo demás, en las otras canciones.

Ficha técnica

Año: 1974
Grabación y edición: IEMPSA
Sello: Odeón
Ingeniero de grabación: Víctor Reyes
Asistente de grabación: Jorge Trujillo
Autor y arreglos: Miguel Ángel Ruiz Orbegoso (Zulu)

Bajo: Billy Morgan
Batería: Pedro Ruiz Orbegoso
Voces, piano y Hammond organ: Zulu

Letra de "Tus palabras"

Ya llegó la hora de mi partida
Pero dejo mis canciones y algo más
Creo que es mejor pensar en separarnos
Quizá un día volvamos a estar tan juntos tú y yo

Dejo en tu alma una herida
Que con la ausencia mía rasgaré cada día
Pero el tiempo y el destino decide nuestra suerte
Quién podrá contradecirlo

Y yo no vivo si no es contigo
Mas yo debo separarme de ti

Es que tengo el corazón de madera
Y es por eso que te digo que me voy
Creo que es mejor pensar en separarnos
Quizá un día volvamos a estar tan juntos yo no sé

Mas es Dios el que decide que hoy día yo me aleje
Y te deje vida mía

Dejo en tu alma una herida
Que con la ausencia mía rasgaré cada día
Y yo no vivo si no es contigo
Mas yo debo separarme de ti
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