"Candela"


Escribí Candela inspirado en el recuerdo de una amiga preciosa de piel canela llamada María Teresa. Su madre, su abuela y su tía fueron grandes amigas de mi madre.  

Éramos solo unos chiquillos del barrio de Camino Real, San Isidro (Lima, Perú). Su entusiasmo, cariño, alegría y eterna sonrisa eran simplemente desbordantes (en las fotos, de frente y de perfil, algunos años después de que nuestros caminos se separaron).

A la canción, casi le pongo de título "Canela" en honor a su piel de color canela. Después pensé en "Carmela", mi hermana mayor, pero ella no estaba relacionada con la canción. Finalmente decidí ponerle "Candela" pensando en las fogatas de las playas y los bosques, y en las chimeneas, que suelen evocar el amor y las noches románticas.

No puedo menos que honrar su memoria, porque realmente fue una chica extraordinaria en todo sentido. Llegó a ser una mujer y madre muy exitosa. Sería injusto pasar de largo por mi vida sin aclarar de dónde obtuve la inspiración para crear esta interesante canción que muchos alabaron, cantaron y bailaron en Alemania, Colombia, Canadá, Croacia, España, Estados Unidos, Francia, Indonesia, Italia, Perú, Rusia y Turquía, por citar algunos lugares. 

Historia de la canción

Sin embargo, ten muy en cuenta que esta canción es en parte realidad y en parte ficción. La letra que no se entiende es simplemente un enredo o trabalenguas que se me ocurrió de un momento a otro para decir lo que de otro modo hubiera tenido que explicar en español.

Preferí hacerlo de un modo especial. ¿Por qué hacer una letra que nadie va a entender? No es así. Hay que tener en cuenta que cuando la hice, no tenía intenciones de retirarme de la música. Tarde o temprano la explicación saldría a la luz en algún momento, cuando la canción cobrara un poco de notoriedad. En algún momento daría conciertos, presentaría coreografías y llegaría el tiempo para dar la explicación que completaría el cuadro y desbordaría al oyente.

Lamentablemente, ese momento nunca llegó y el contenido quedó velado, ¡hasta 35 años después! ¿Por qué? A raíz de una entrevista que me hizo Fidel Gutiérrez*, periodista que mostró mucho interés por conocer a Zulu. 

Ya en octubre de 1982 me había entrevistado Hugo Salazar* en Radio Miraflores y me había hecho preguntas similares. Pero en aquel tiempo no había blogs, para dar explicaciones. Henry Amariles, de Colombia, visita mi blog de cuando en cuando para recopilar información biográfica. Tal vez algún día él publique algo más de lo que aparece aquí.

Bueno, para el grito de “¡¡Candela!!” me inspiré en los gritos que pegaba un negrito que solía vender unas ricas y calentitas tostadas al caer la tarde, llamadas Revolucion Caliente. El grito decía: "¡¡Reeevolución calienteee!! ¡¡Música para los dienteees!! ¡¡Azúcar, clavo y canela para rechinar las muelas!! ¡¡Revolucióoon!!". Todos salían corriendo de sus casas para comprarle. Era gordito y atravesaba los barrios de San Isidro y Miraflores cargando una enorme bolsa de color blanco, llena de paquetitos. Balanceaba una romántica lamparita de kerosene al andar. Su voz era muy potente e increíblemente clara y afinada.

También recordaba el grito de otro negrito, uno que vendía unos ricos tamales por las mañanas de domingo. "¡¡Tamaaaales, tamaleeees!!". Un día mi padre le dijo: "Caminas mucho. Deberías comprarte un triciclo". El hombre le respondió: "Muy caro. No me alcanza". Mi padre preguntó: "¿Cuánto cuesta?". Entonces entró, sacó unos billetes, se los dio y le dijo: "Toma. Cómprate uno". El hombre no podía creerlo. Se compró un triciclo nuevo, y a partir de entonces, nunca nos faltaron tamales gratis todos los domingos.  

Sobre todo, el grito me recordaba la época del colegio, cuando yo imitaba al caudillo africano de la película Zulu de los años 60, que arengaba a los guerreros zulúes antes de entrar en combate. Mi sobrenombre no se pronuncia "Zulú", sino "Zulu" porque así era como se pronunciaba en aquella película, y así fue como se popularizó entre mis amigos del colegio. Aunque en la parte intermedia de la canción usé frases inventadas, o mejor dicho, frases deformadas, tenían mucho sentido para mí. 

Hay quienes dicen que “Candela” es un landó, otros, una mezcla de calipso con tondero, otros, un ritmo afroamericano. A mí no me importa cómo la clasifiquen. Solo puedo asegurar que no es rock en español, como dicen algunos. ¡Ni hablar!

En mi opinión, las composiciones musicales solo son emociones plasmadas cuyo fin es compartir, y más que eso. Por ejemplo, los elefantes usan el infrasonido y se comunican con otros elefantes a la redonda, aunque se encuentren muy lejos; las ballenas y las focas cantan en frecuencias que se expanden por los océanos y asombran a los científicos; los árboles segregan feromonas que el viento lleva consigo información vital para los árboles que los rodean, incluso se comunican inteligentemente mediante sus raíces. Las abejas hablan (se comunican) “en 8”. Los pájaros cantan, las hormigas chillan y dejan rastros en su camino, y los perros aúllan. 

Pero todo lo hacen por instinto. No son actos creativos razonados que impliquen voluntad y conciencia de lo que hacen. Jamás tienen la culpa ni son responsables de nada.

En cambio, los seres humanos componemos canciones o escuchamos las composiciones de otras personas. Y a diferencia del ruido, que es un sonido inarticulado que afecta el proceso de comunicación, interfiriendo con esta, la música [incluso la producida instintivamente por la naturaleza] armoniza sonidos entre sí, no solo para informar, sino para impactar, conmover y entretener al ser humano, que sí posee facultad de raciocinio para dar gracias y aplaudir al gran Diversificador Inteligente de tales Organismos y Sistemas.

Es cierto que la pintura y el dibujo también comunican, pero, en mi opinión, nada completa tanto el cuadro como la música. Son coordenadas de tiempos y frecuencias inteligentemente dispuestas para invadir tanto el consciente como subconsciente con un mensaje espiritual capaz de conmover tanto a un recién nacido, para hacerlo dormir, como a un ejército, para impulsarlo a entregar la vida por su país. 

Si dicen que casi todo entra por la vista, creo que la música es el siguiente poder. Algunos cineastas hasta reconocen que la música y los sonidos superan los estímulos visuales.

Si quieres ver vídeos que analizan aspectos interesantes sobre la música en general, te recomiendo ver los de César Muñoz, de La Cata Musical. Tiene un estilo muy peculiar para explicar la música. Por ejemplo, explica detalles sobre Beethoven que parece que The Beatles tuvieron en cuenta. Visítalo.

Bueno, siguiendo con "Candela... Imaginemos a cuatro pintores pintando un cuadro a toda velocidad pero que ninguno se sale de armonía, y que dan todas las pinceladas exactamente al mismo tiempo, pero produciendo una bella pintura. Eso es lo que puede hacer la música. Coordina frecuencias y tiempos de modo que dos o más músicos pueden producir sonidos que combinen bien unos con otros. Oye, por ejemplo, este fragmento de un tema interpretado por el Cuarteto de Oscar Peterson. Haz clic aquí. Si no te basta, y quieres algo más moderno busca los vídeos de Jesús Molina.

Aunque todos sabemos que las imágenes que aparecen en la televisión capturan al televidente (porque “todo entra por los ojos”), pocos sabemos que está demostrado que lo que retiene al televidente es lo que entra por sus oídos. El sonido y la música son fundamentales. A mis más de 70 años, no olvido la música de apertura, y la de cierre, de América Televisión, Canal 4, cuando inauguró su transmisión. 

Por ejemplo, en cierta ocasión, una gran compañía de automóviles prestó uno de sus últimos modelos de lujo a un crítico durante un tiempo con la finalidad de recabar sus impresiones, y las incidencias fueron publicadas por Nacional Geographic Channel. Entre las primeras de sus impresiones dijo esto: “¡Me parece increíble que un modelo tan avanzado no tenga un sistema para conectar mi iPod!”. Ahora todos los autos dan más importancia al sistema de audio y a la acústica.

Por otro lado, es totalmente absurdo que una tienda por departamentos invierta cientos de miles en decoración de interiores pero deje el ambiente musical al gusto de cualquiera. ¡La música es la clave y debe pensarse cuidadosamente para crear el ambiente apropiado para que el cliente disfrute de su estadía. No debe ofenderlo ni ahuyentarlo. La decoración física no lo retendrá si la música es inadecuada. La música no es un detalle más. Si la música es de cantina, es para una cantina, no para un mall. Ninguna decoración, por linda que sea, podrá superar o reemplazar las emociones que pueden despertarse con la música. Si la música es de cantina, el mall parecerá una cantina. Cada cosa en su lugar, porque la música crea el ambiente. 

No es que denigre la música de cantina. No me malinterpretes. Estoy diciendo que si vas a una cantina, se esperaría música de cantina, pero si vas a una tienda de departamentos o mall, esperarías música para ese tipo de tienda, tal como no irías a la playa con saco y corbata, y no irías a una ceremonia de entrega del Oscar en ropa de baño. Cada cosa en su lugar, ¿no? La música también.

Por eso, no puedo calificar mis emociones musicales como landó, calipso, rock u otra cosa. “Candela” simplemente fue el producto de la inspiración del momento, cuyo mensaje es muy abarcador. La hice pensando en los negritos de Perú que se juntan para divertirse y bailar el tondero; pero también pensé en una playa, en una amiga del barrio, en el matrimonio, en el sexo, en el cariño, el amor leal, en diversión, en la familia, en la libertad, la esperanza y cosas por el estilo.

“Candela” es definitivamente un baile de la fertilidad con miras al matrimonio, y consta de tres partes claramente definidas. La primera, que denomino la de la feniletilamina, es un baile seductor alrededor de una fogata en la playa de Barranquito al caer la tarde. Una pareja va sintiéndose atraída mutuamente y se enamora perdidamente, y el pretendiente invita a bailar a una joven de su agrado: “¡Candela! ¡Ven cerquita, juntito a mi candela!”.

Sin embargo, para el grito "¡Candela!", que aparece al inicio de la canción, también me inspiré en el alarido que pegaban las tamaleras de la década del 50 que solían peinar a pie la zona de San Isidro ofreciendo sus tamales calientes los domingos muy temprano por la mañana, a golpe de 6. Imagínate un grito así un domingo en la mañana: "¡Tamaaaales! ¡Tamaleeeeeeees!" . Lo que las salvaba de morir a pedradas, por despertar a todos tan temprano, era que sus tamales eran realmente deliciosos (turista que visita Perú, que prueba el tamal peruano, queda encantado). Lógicamente, el alarido de una morenita de aquel tiempo era mucho más fuerte y aguardientoso que el mío.

Bueno, en el caso del baile en cuestión, vale decir, por si acaso, que no estuvo inspirado en el Gerewol del Chad, África. Si hay algún parecido, es una interpretación que no tuve en cuenta al componer la canción.

Todo ocurrió imaginariamente delante de la tribu. Se supone que Candela es una de las jóvenes que están en edad casadera. Y aunque ambos reconocen que les encanta bailar, dan por sentado que concuerdan con toda la tribu en que una atracción física sin amor no tiene cabida en la relación. “Sabes bien que cuando hay amor, la vida es mucho mejor”.

Él promete darle calor, es decir, no solo cumplir con el débito conyugal, sino cuidarla, protegerla y animarla en todo sentido, acompañarla toda la vida. No solo está invitándola a bailar, sino ofreciéndole un compromiso que solo puede demostrarse con un matrimonio, con todas las de la ley. 

Si no hubiera matrimonio, significaría que no estarían hablando en serio. Para la tribu no es un hombre el que toma una mujer con riesgo de traer descendencia, y después abandonarla a su suerte con hijos y toda la carga que supone, cuando la situación se vuelva desagradable. 

El amor debe ser verdadero y, por tanto, debe respaldarse por un compromiso que refleje la seguridad de que la familia será estable y que los hijos recibirán el cuidado de ambos padres. Si no va en serio, mejor abstenerse a tiempo.

La segunda parte de la canción simboliza la reacción de entusiasmo desbordante del jefe, que grita de contento y ahora exhorta a todos a que aprueben la relación. La tribu ha comprendido que habrá matrimonio. Entonces, comenzando desde los más viejos hasta los más jóvenes, todos se ponen de pie y comienzan a bailar y gritar de placer alrededor de la fogata y de los nuevos esposos. Pero hay un problema, una preocupación que el jefe aprovecha para destacar en la fiesta.

Hay otro joven de la tribu que, aunque está en edad de declarar su amor a una mujer, no está esforzándose. De modo que todos lo exhortan a salir al frente, escoger pareja y bailar con ella, dejarse de tonterías y hacer lo que debe hacer.

La fiesta va in crescendo hasta que alcanza el clímax. El tímido joven se pone de pie y se anima, junto con los novios. Tal vez pronto haya otro matrimonio. "¡Yeleleil! (Debes esforzarte más) ¡Eaeaea! (Ya pues, escoge) ¡Alolo lonowa! (Vamos, ¿qué esperas? Muévete)".

"Cuenta la loca Kekala [la hechicera de la tribu] Ke lashimbo del telelememe (Que el sonso este no quiere funcionar) Nokala lawaka de Lupi Makwena ¡¡Tata!! (No hace nada por hablarle de amor a Lupi Makwena) ¡Zumbalawaka! (¡Vamos, anímate!) Yo quiero tu piel canela, ven cerquita, juntito a mi candela".

Y la tercera parte de la canción, la cual denomino la de la dopamina, representa el natural relajamiento que resulta de la consumación de las expresiones del amor romántico, lo que resulta del cariño aunado al esfuerzo desbordante y la lealtad del uno para con el otro. La relación será perdurable porque está basada en un amor verdadero, no en una emoción pasajera. Toda la tribu baila feliz. La canción concluye con la pareja y todos los invitados retirándose a sus aposentos con la aprobación del jefe y de toda la tribu.

¿Quién fue, y qué fue de su vida?

Como mencioné, me inspiró aquella preciosa amiga de piel canela del vecindario de Camino Real, que me deslumbró desde la primera vez que la vi. Yo era un adolescente que hubiera sido feliz de tenerla por solo un momento en mis brazos, y eso fue precisamente lo que sucedió. Me dio su cariño, y yo le di el mío. De hecho, fue como el fuego de una tranquila fogata en una playa alrededor de la cual danzar toda la noche, conversando y riendo sin pensar en el tiempo ni en nada que no fuera el amor. No imagines cosas que no he dicho. Todo fue muy lindo.

Años después de terminada la relación y de que dejáramos de vernos, me mudé a Miraflores. Pero fue imposible borrar del fondo de mi corazón toda su inspiración. Un día de 1973, en que recordaba con aprecio su amistad, de repente me senté al piano y compuse Candela. La ensayé con Billy y Pedro y luego decidí incluirla en el LPZulu. Aunque la desarrollé en unos minutos, el trasfondo que discurrió resultó interesante. Hubiera sido ideal que ella también participara en el coro.

¿Y qué fue de su vida? Pues, creció, maduró, se casó y tuvo dos hijos maravillosos, su tesoro más preciado. Por ellos se convirtió en una empresaria exitosa y digna del mayor respeto debido a su temple y dedicación al trabajo. Para mí, sin embargo, siempre permencerá inocentemente en mi memoria como aquella chiquilla morena que un día me inspiro esta interesante canción.

Me fue muy grato que Eduardo (Chino) Pinto, encargado de editar el vídeo del making-of de las imágenes de la muestra fotográfica "Mírame, Lima", de Jaime Travezán, Morgana Vargas Llosa y David Tórtora, sugiriera usar Candela de fondo musical (13 de marzo al 13 de abril de 2013, Museo de Arte Contemporáneo de Lima, en Barranco, Lima, Perú).

"Zulu, ¿como estas? -me dijo-. Te escribí hace un tiempo contándote que tenia un blog de música y etc. Bueno hace unas semanas me contactaron para hacer el making-of de la muestra de fotos "Mírame, Lima". Imagino que ya estás al tanto. Morgana me contactó y me pidio que le propusiera algo. Bueno me parecio que "Candela" iba demasiado bien con la onda de lo que ellos querían transmitir y les propuse usarla. Hago lo que puedo para que oigan tus canciones las generaciones que no te conocieron. Un abrazo fuerte. Y ya sabes, cuando quieras, estás más que invitado a participar en mi videoblog: www.elchicodelportico.com. Eduardo"


Ficha técnica

Año: 1973
Grabación y edición: IEMPSA
Sello: Odeón
Técnico de grabación: Jorge Trujillo
Autor y arreglos: Miguel Ángel Ruiz Orbegoso (Zulu)

Bajo y guitarra acústica de 12 cuerdas: Billy Morgan
Piano y voz principal: Zulu
Batería: Pedro Ruiz Orbegoso
Percusión: Pomadita Lazón y sus secuaces
Coro
: Pilar Ruiz, Nancy, Patty y Malena Calisto y los muchachos el barrio.
Violoncello: (No recuerdo su nombre)

En la última parte de la canción, cuando grito fuertemente "¡Quiero tu piel canela!", se oye una larga nota de violoncello. Lamentablemente, no recuerdo el nombre del músico que tuvo la paciencia de tolerar mi capricho. Solo fue una nota larga, de 17 segundos. Nada más. Hubiera sido increíble hacerlo con un contrafagot, pero me decidí por el violonchello. Ambos, al unísono, hubiera salido fantástico.

Le pedí al director musical de la disquera, el recordado Richard Varis, que por favor invitara a un músico de la sinfónica para que grabara el violoncello. El día de la grabación, entró  al estudio un viejito muy decente y tranquilo con su tremendo instrumento. Lo invité a pasar a la sala y que tomara asiento frente al micrófono, luego ensayamos con la pista aquella sola nota unas tres veces y la grabamos. 

Cuando el hombre oyó que le dije al ingeniero de grabación: "¡Queda!", alzó la mirada y me dijo: "¿Cómo que 'queda'? ¿Eso es todo?". A lo que contesté: "Sí, eso ha sido todo. Agradezco muchísimo su cooperación con esta producción. Lo ha hecho magníficamente. Justo como lo había pensado. Es un sonido extraordinario. Quedó perfecto en esa parte. Si hubiera usado el sintetizador Moog, no hubiese quedado mejor. Le aseguro que ha quedado magnífico."

Entonces oímos juntos el tema completo unas tres veces y le estreché la mano, felicitándolo. Él no salió de su asombro. Se veía bastante confundido. Era 1974. Los músicos de la sinfónica todavía eran reticentes con las mezclas de sonidos modernos. Por eso el viejito añadió, supongo que frustrado: "¿Y solo para esto me han hecho venir hasta acá?". Su rostro no parecía encajar con ninguna expresión que yo hubiera visto jamás. Lo elogié muchísimo para que sintiera que realmente había hecho algo muy bueno, y le dije que podía pasar a cobrar por sus servicios, como si hubiera grabado toda una hora. Y se retiró medio palteado. Lamento tanto no haber podido incluir su nombre en la ficha técnica, porque solo nos vimos una vez. No recuerdo su nombre. Estoy seguro de que en toda su carrera musical nunca le pagaron tanto por tocar una sola nota durante 17 segundos en un estudio de grabación, la interpretación más corta de su vida (¡que se oyó hasta en Croacia!). Si alguien recuerda su nombre, páseme la voz.

Por otro lado, algunos me han preguntado si ese grito al final de la canción ("¡Quiero tu piel canelaaaa!") fue alargado artificialmente mediante algún recurso de eco o reverberancia, o si hubo algún montaje de algún tipo. La respuesta es no. Simplemente, le pusimos un poco de reverberancia para darle profundidad, como en cualquier grabación, pero no lo extendimos artificialmente ni hicimos ningún tipo de montaje ni doblaje vocal. Fue cantado en una sola pista, tal como se oye. 

Sin embargo, fue la parte más difícil de la grabación porque debí cantar toda la última frase del coro de principio a fin, añadiéndole ese grito, ¡todo con una sola respiración! Si me hubiera detenido antes del final para tomar aire, le hubiese restado originalidad. Me parecía más interesante decir toda la frase, además del grito, sin respirar dos veces.
Cuenta la loca Kekala
Ke lashimbo del telelememe
Nokala lawaka de Lupi Makwena ¡¡Tata!!
¡Zumbalawaka! Yo quiero tu piel canelaaaaaa
Ven cerquita, juntito a mí, Candela
¿Cómo lograrlo teniendo en cuenta que ya estábamos cantando muy fuerte, es decir, usando mucho aire, y yo debía quedarme al final de la cuarta línea con la nota arriba por un largo tiempo y todavía decir la última durante unos 20 segundos y con más fuerza? 

El secreto fue tomar una gran bocanada de aire al principio y cantar las cuatro primeras líneas con economía de aire haciendo un falsete que imitara la voz normal, y luego dejar salir la última línea con la voz real, es decir, con la fuerza del aire reservado. El sonido grave del viloncello le añadió el respaldo que necesitaba en esa parte.

Mi hermana Pilar suplió el coro del final, y fue ad hoc. Ella es la que se ríe al final de la canción mientras bailamos al son del acompañamiento. Pero Pilar no fue la única que participó en el coro. Participaron cerca de veinte o veinticinco amigos del barrio. Aprendieron la letra, llenaron el estudio de grabación y pusieron todo su entusiasmo para que pareciera una tribu bailando en la playa. Muchos años después, Pedro Suárez-Vértiz, hijo del gran Hernando Suárez, echaría mano a tan interesante recurso para sus coros.

Siempre me gustó la música participativa, es decir, que el auditorio también se implicara cantando, no que simplemente repitieran la canción, sino que se implicara en la planificación, ensayo y grabación de la misma. Donna Summer hizo un interesante trabajo con "State Of Independence", una canción y un arreglo musical extraordinario, digno de imitar, tema de Jon & Vangelis* , que me recordaba el viejo estilo de la Banana Boat Song, de Harry Belafonte (1956).

El primer alarido que se oye en la tercera parte de la grabación de Candela es del Conde, un amigo que podía hacer una voz muy aguda. El siguiente es mío y luego aparece el argentino Che Fernando Abascal (“¡Alolo lonowa!”), que fue uno de los que más se divirtió en la grabación. Finalmente todos gritan. No recuerdo por nombre a todos los que escogí para ir al estudio, pero Andrés Núñez encabezaba la mancha, también Larraín, que años después nos visitó el día del concierto de Traffic Sound para su aniversario 50.

Es anecdótico recordar la cara que puso el director musical, Richard Varis, cuando entró toda la mancha a la sala de grabación. Primero miró a uno tras otro, de arriba abajo, asombrado no solo de su vestimenta, ¡sino de que su propio hijo estuviera desfilando entre ellos! ¿Qué hacía con ellos su propio hijo? Él no sabía que El Perro era del barrio (así le decíamos cariñosamente, jajaj). ¿Feo apodo? Bueno, es que tenía muy un buen olfato para la maconha, jajajaj. Varis me clavó la mirada, preguntándome:
.
- ¿Y estos? ¿No me digas que van a cobrar?
- ¡Por supuesto! Como cualquier coro.
- Imposible. Muchos.
- Entonces, no hay coro. Porque yo no exploto a las personas. Si ellos hacen el coro, se le paga al coro.
- Bueno. Está bien.

Hoy la canción se ha convertido en una verdadera pieza de museo de la música. No es broma. Yo mismo tuve que ir al museo a conseguir una copia, porque cuando me comuniqué con IEMPSA para pedirles una, no me hicieron caso. Ripley's!

Y más de Ripley es el hecho de que por ahí dicen que a veces la incluyen en recopilaciones de rock peruano, cuando de rock no tiene absolutamente nada. ¡Imagínate! Compras rock y te dan un landó con tondero y resbalosa. Bien peruano, ¿no? Los amantes del rock dirán: "¿Y esto?" ¡Plop! jajajaj. Me hacen quedar como un burro que no distingue entre rock, landó ni resbalosa, ¡jajajaj!

Tarde se me ocurrió que hubiera sido ideal montar el sonido de un acordeón a tres voces (unos clarinetes también hubieran combinado bien) como fondo para la melodía del coro en la segunda parte de la canción ("Zumbalalaka kekala la ketaka kel telelememe..."). Pero el disco ya había salido y los técnicos de sonido querían botarme por la ventana (no abriéndola, sino rompiéndola con mi cabeza).

Letra de "Candela"

Sugar, you just move.
Candela, ven cerquita, juntito a mi candela
Candela voy a darte juntito a mí, Candela
Que bailar tú quieres yo sé
Que te gusta también lo sé
Sabes bien que cuando hay amor,
La vida es mucho mejor

Kesumbe, kesumbe, aleh ¡uh!

Zumbalalaka kekala
La ketaka kel telelememe
Kezumbi kezumbi lashimbo
Y que dice she she
Zumbalawaka kemede lakate pue

Hip, ayaba ayaba ayaba uh uh uh
Hip, ayaba ayaba ayaba uh uh uh
Kesumbe,kesumbe

Zumbalalaka kekala
La ketaka kel telelememe
Kezumbi kezumbi lashimbo
Y que dice she she
Zumbalawaka kemede lakate pue

¡Yeleleil! ¡Eaeaea! ¡Alolo lonowa!

Cuenta la loca Kekala
Ke lashimbo del telelememe
Nokala lawaka de Lupi Makwena ¡¡Tata!!
¡Zumbalawaka! Yo quiero tu piel canela
Ven cerquita, juntito a mí, Candela
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AUDIO DE CANDELA